lunes, 12 de mayo de 2008

Barroco (Entierro del conde Orgaz)


La tela (1586-1588) representa el milagro sucedido en el entierro del señor de Orgaz (1312) cuando aparecieron a enterrarlo San Esteban y San Agustin, como premio a sus misericordias. Destinada a la capilla de la Concepción, etaba previsto inicialmente también una ointura que nunca se realizó, representando el sepulcro. Actualmente se conserva en la iglesia de Santo Tome en Toledo.
CARATERÍSTICAS:
Según la iconografia de la Dormitio Virginis, el alma del difubto pasa de la tierra al cielo llevaa por un ángel: antes de alcanzar la Gloria de Cristo, el primer encuentro lo tendra con la Virgen y San Juan Bautista.

Detrás de la fila de los salvados se puede reconocer a los santos gracias a sus habituales atributos, pero uno de los personajes esta representado con vestidos contemporaneos, se trata de Felipe II: indica la generosidad del pintor, a quien el monarca había rechazado.

El extremo realismo en la indagazión de los detalles, que caracteriza la arte inferior de la tela se representa sobre la coraza del difunto en el rostro reflejado de San Esteban y en la mano del caballero qe expresa un mal comentario sobre la aparicón.

El niño, que mira distraido fuera del cudro, es con toda certeza Jorge Manuel, con un pañuelo dobladoque aasoma del bolsillo y sobre el que aparce la fecha de su nacimiento, 1578. Sobre la dalmantica de San Esteban esta bordada la escen de su matrimonio.
EL GRECO(Doménicos Theotocópoulos)
Candía, hoy Heraklion, actual Grecia, 1541 - Toledo, España, 1614) Pintor español. Aunque nacido en Creta, isla que en aquella época pertenecía a la República de Venecia, El Greco desarrolló su peculiar estilo y la mayor parte de su trayectoria artística en España. Se formó en su isla natal como pintor de iconos, antes de trasladarse a Venecia, donde conoció la obra de Tiziano y Tintoretto, artistas que, junto con Miguel Ángel, fueron los que más influyeron en su pintura.
A partir de 1570, tras una estancia de siete años en Roma, El Greco se trasladó a Toledo por invitación del canónigo Diego de Castilla, quien le encargó un retablo para la iglesia de Santo Domingo el Antiguo. Llevaba diez años en Toledo cuando Felipe II le encomendó una obra para el monasterio de El Escorial; pero El martirio de san Mauricio no gustó al soberano español, quien ya nunca volvió a contar con el artista.
Ello supuso una decepción enorme para El Greco, ya que aspiraba a convertirse en pintor de corte, pero no entorpeció su carrera, puesto que era ya un pintor solicitadísimo tanto por los aristócratas como por los eclesiásticos toledanos. No es de extrañar, por tanto, que su obra sea extraordinariamente fecunda.

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